Después de un par de semanas de auténtico caos y un movimiento frenético por parte del Comité de Empresa, cuanto menos sorprendente, parece que el escándalo sobre el dudoso futuro de la compañía aérea leonesa llega a su fin. La verdad es que en ocasiones ha sido difícil incluso seguir el desarrollo de los acontecimientos, pues de la noche a la mañana (o de la mañana al mediodía) todo el panorama cambiaba bruscamente para luego volver a retorcerse en un bucle de declaraciones, contestaciones y reuniones que marearía al propio Ramón Alonso.
Prescindiendo un poco del camino seguido (que podréis encontrar perfectamente detallado en la
página del Comité), resumiremos la situación actual en pocas palabras: la única que no ha dado la cara, para bien o para mal, es
Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León y del Consorcio para la gestión y promoción del Aeropuerto de León, cargo éste último que no sabemos muy bien si recordará la político del PP. Pese a que muchos de sus compañeros de partido, y otros que no lo son, han recortado sus vacaciones para afrontar el problema, la sra. Carrasco ha preferido continuar con sus
vacaciones en Marbella y posponer la reunión del Consorcio que preside para el próximo lunes 1 de septiembre. Con ello, lo único que queda claro es que las opiniones en cuanto al Aeropuerto de León en el seno del PP están bastante divididas: a algunos les preocupa un poco y a otros les preocupa poco. El asunto es más grave de lo que parece: ¿Qué pasaría si el alcalde de León no se preocupara por la ciudad de León? ¿O el panadero de mi barrio por hacer bien el pan? ¿O el maquinista del Alvia por llevar seguros a los pasajeros? ¿Quién que ostente un cargo de responsabilidad en su empresa no ha tenido que resolver algún asunto urgente durante sus vacaciones, aunque sea por vía telefónica? Pues eso.
Si Isabel Carrasco no se preocupa del Consorcio, bien porque no le interesa o bien porque no se vea capacitada, mejor que deje su puesto libre. En este caso, más vale lo malo desconocido porque no puede ser peor que lo actual.
Por cierto, mucho debate sobre el tema en todos los periódicos. Posturas en ocasiones obtusas, aturdidas diría yo, después del chaparrón. Aunque ahora que parece que la tormenta amaina empezaremos a analizar con un poco más de vista todo lo sucedido, esperando sacar algo más en claro de lo que ahora mismo atisbamos. Aún así, dejemos que todo acabe, que todavía hay nubarrones en el horizonte.
Os dejo, para que lo leáis si os apetece, la columna del Diario de León llamada
Desde el Rubicón, por F. Ramos, que hoy mismo se titula
En misa y repicando. Saludos.
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